Malala nace en la ciudad de Mingora, Pakistán, el 12 de julio de 1997, y creció en el valle de Swat en el noroeste de Pakistán, lugar entre las monta nas y renombrado por su belleza natural. Desde muy temprana edad, la educación fue parte de su vida, pues su padre, Ziauddin Yousafzai, es un diplomático paquistaní y activista social comprometido, que ha establecido una serie de escuelas privadas y ha hecho campaña por los derechos a la educación.
Para 2008 su padre dirigía una escuela de niñas en su pueblo; sin embargo, ese año, los talibanes tomaron el control del valle de Swat, prohibiendo “muchas cosas, como poseer un televisor y tocar música, e impusieron castigos severos para quienes desafiaron sus órdenes. Y dijeron que las niñas ya no podían ir a la escuela“, según palabras de Malala.
En 2009 Malala empieza a escribir un blog para la BBC, la televisión ingles, donde contaba sus experiencias de niña, bajo el seudónimo “Gul Makai” (flor de maíz en urdu),.
Allí contó de las violencias de los talibani y de la destrucción de más de 100 escuelas para niñas, incluido el cierre de la suya. Para marzo de 2012, sus publicaciones estaban en boca de todos y su identidad fue revelada.
En diciembre de 2011, Malala recibió el Premio Nacional de Paz de Pakistán. Pero empezó a recibir amenazas de muerte en su contra por su actividad a favor de la educación para las niñas de su país.
Hasta que el 9 de octubre de 2012, cuando volvía a casa de la escuela con sus amigas fue atacada con disparos por un hombre armado enmascarado.
Estuvo entre la vida y la muerte por días y las autoridades la llevaron hasta un hospital en Birmingham, Inglaterra donde fue operada y se recuperó. Desde entonces vive en ese país.
En 2013, luego de su recuperación, escribió su famoso libro “Yo soy Malala”, una autobiografía escrita con la periodista británica Christina Lamb.
Malala y su padre fundaron en 2014 el “Fondo Malala”, una organización benéfica dedicada a dar a cada niña la oportunidad de alcanzar el futuro que elija.
En diciembre de 2014, se convirtió en la receptora más joven del Premio Nobel de la Paz. El Secretario General, António Guterres, nombró a Malala Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas en 2017 para ayudar a sensibilizar acerca de la importancia de la educación de las niñas.